Golpe de Estado en Corea del Sur

El presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, ha tomado una decisión sin precedentes al declarar la ley marcial, buscando consolidar su poder tras sufrir reveses políticos en el parlamento. Esta medida, que restringe derechos fundamentales como la libertad de prensa y el habeas corpus, ha sido ampliamente rechazada tanto en el ámbito político como en la sociedad surcoreana.

Con la ley marcial en efecto, las actividades parlamentarias han sido drásticamente limitadas, y las fuerzas de seguridad han cerrado el acceso a la Asamblea Nacional. Este control militar, ahora bajo el mando de Park An-soo, ha sido criticado como un golpe de Estado que desafía la Constitución de Corea del Sur, la cual permite a la Asamblea Nacional oponerse a la ley marcial.

Resistencia de la oposición y disenso interno

El líder opositor, Lee Jae-myung, ha descrito la declaración de ley marcial como un acto autoritario, instando a su partido a desafiar la medida en el parlamento. Lee ha afirmado que Yoon Suk-yeol ya no es el presidente legítimo, acusándolo de socavar la democracia del país.

Crisis constitucional y detenciones arbitrarias

Uno de los efectos inmediatos de la ley marcial es la posibilidad de detenciones sin garantías procesales para quienes se opongan a su implementación. Esto podría intensificar las tensiones y llevar a una serie de arrestos entre los líderes del Partido Demócrata de Corea, que se han manifestado en contra de las acciones de Yoon.

A medida que la situación se complica, se vislumbra una posible crisis constitucional, con amenazas de represión y violaciones a los derechos humanos. Yoon parece decidido a sofocar cualquier desafío a su autoridad, lo que podría abrir un nuevo capítulo en la historia política de Corea del Sur, donde la lucha por el poder y la defensa de la democracia estarán en juego.

La declaración de la ley marcial por parte de Yoon Suk-yeol ha desencadenado una crisis política sin precedentes en Corea del Sur. Con la oposición rechazando enérgicamente la medida y con la posibilidad de detenciones de líderes políticos, el país enfrenta un futuro incierto. La tensión entre el control militar y el sistema democrático está llevando al país al borde de una confrontación política profunda, cuyas repercusiones podrían redefinir el futuro político de Corea del Sur. A estas horas ya tenemos a asaltantes tomando el Parlamento

El mundo está en el alambre desde que ha perdido Biden y aún Trump no ha tomado posesión. Y distintos actores lo están aprovechando. La ofensiva islamista-turca en Siria es lo mismo. La jugada de los halcones de Washington y Bruselas parece crear tal escalada que Trump ya no pueda cambiar la dirección. Por desgracia lo están consiguiendo. Ahora veremos si la UE Y EEUU no bloquean el golpe y amenazan al gobierno si no restablece la democracia... En caso de silencio, es que pueden estar "indirectamente" detrás.