El sistema de pensiones de España es uno de los puntos débiles más importantes del país y una bomba de relojería para futuras generaciones. España, junto con Grecia, son los únicos países de la Unión Europea que mantienen un sistema 100% de reparto, por lo tanto, depende totalmente de la entrada de nuevos trabajadores para soportar el coste de los pensionistas.
El problema es que la población va envejeciendo y la natalidad va cayendo, por lo que cada vez son menos trabajadores los que tienen que cubrir los crecientes pensionistas. Hablamos de una pirámide invertida en un sistema muy parecido a un ponzi.
Y la solvencia de la Seguridad social va a peor. "En 2025, su deuda se situó en 126 millones de euros, con un aumento interanual del 9,4%. Se ha duplicado en los últimos cuatro años.
Las pensiones son el auténtico elefante en la habitación. Absorben el 40% del gasto público y más del 12% del PIB (y subiendo).
Y, como nadie se atreve a reformar el sistema por la parte del gasto (a pesar de que España tiene unas de las pensiones más generosas del mundo, con tasas de reposición media del 80%), sólo queda seguir exprimiendo a los jóvenes para pagar pensiones.
Con este contexto, no se le ocurre decir otra cosa a Elma Saiz, ministra de España, que Alemania y otros países de Europa envidian nuestra Seguridad Social.