La advertencia a los países BRICS de que no reemplacen al dólar estadounidense muestra lo confusa que está la administración de Trump respecto del comercio mundial y el sistema de capitales. Mantener el predominio del dólar es completamente incompatible con las políticas proteccionistas declaradas en campaña.
1 -- Esto se debe, en primer lugar, a que los extranjeros no realizan transacciones en dólares estadounidenses por un acto de generosidad. Mientras Estados Unidos sea el único país dispuesto y capaz de ofrecer acceso sin restricciones a sus mercados financieros nacionales y esté dispuesto a incurrir en enormes déficits comerciales para dar cabida a los extranjeros, no tendrá problema para mantener la hegemonía de su divisa. Si los países BRICS quieren mantener el mercantilismo y sus modelos económicos, no tendrán incentivos tampoco para cambiar. Son sus propias políticas mercantilistas las que los obligan a adquirir activos denominados en dólares para equilibrar los enormes superávits de los que dependen en exceso sus economías.
2-- En segundo lugar, y más importante aún, si Estados Unidos realmente quiere reducir sus déficits comerciales para reactivar la industria nacional y reducir la dependencia de la economía de la deuda de los hogares y los déficits fiscales, por definición esto significa que los extranjeros adquirirán menos activos estadounidenses.
A día de hoy, ni EEUU debería querer cambiar su "privilegio" de tener la divisa reserva global, ni los BRICS amenazar esa hegemonía, ya que es muy favorable para economías exportadoras.
De hecho, por mucho que tema Trump, la desdolarización no existe por ningún lado. Por eso, desde TradingPRO creemos que todo esto es una estrategia negociadora.
ConclusiónReducir el déficit comercial beneficiaría a las empresas, los trabajadores y los ahorristas de clase media estadounidenses. Aumentar el predominio del dólar beneficiaría a Wall Street y al poder sancionador del gobierno estadounidense. Estados Unidos debe decidir qué electorado es más importante. Esto también significa que el dólar debe perder protagonismo en el comercio exterior y los flujos de capital. Estados Unidos no puede reducir su déficit comercial y aumentar el predominio global del dólar porque ambas cosas imponen condiciones diametralmente opuestas.
Con todo esto, parece claro que las amenazas de Trump son más una estrategia negociadora que una realidad. Y si fuera lo segundo, nos debemos preparar para un retroceso económico a nivel mundial. De hecho, sería uno de los mayores tortazos al comercio y al libre mercado de los últimos lustros.