Zoltan Pozsar, director de estrategia de tipos de interés a corto plazo en Credit Suisse, afirmó recientemente, que la guerra en Ucrania está marcando el inicio de un nuevo orden monetario mundial. En su paper titulado "Bretton Woods III", Pozsar sostiene que este nuevo sistema estará centrado en las divisas del Este, basadas en materias primas y metales preciosos, lo que podría debilitar el sistema monetario del eurodollar y generar presiones inflacionarias en Occidente.
De hecho, la última cumbre de los BRICS ha rotado en torno a la idea de una nueva divisa común colateralizada en metales e hidrocarburos y un nuevo sistema de pagos paralelo al SWIFT. Todo con el objetivo de dar contrapeso a la hegemonía de EEUU y el dólar.
Aquí analizamos esta propuesta:
Pozsar compara la situación actual con la crisis financiera de 2008, señalando que las sanciones a Rusia han desencadenado un cambio en el mercado de materias primas. Aunque no espera que el impacto sea tan grande como el de la crisis de 2008, sí anticipa un nuevo paradigma para el sistema monetario global.
El experto destaca que, antes de la crisis de 2008, las hipotecas cotizaban con pequeños márgenes, pero esto cambió drásticamente. Ahora, observa una situación similar con las materias primas rusas, cuyos precios están cayendo, mientras que los de las no rusas están aumentando. Pozsar compara las materias primas rusas con los CDO subprime de 2008 y las no rusas con los bonos estadounidenses.
En las crisis, siempre surge un actor que actúa como barrera. En 1997 fue el FMI, en 2008 la Fed, y en 2020 nuevamente la Fed. Pozsar identifica al banco central de China como el único actor capaz de cerrar la brecha entre las materias primas rusas y no rusas, lo que podría ser clave para el nuevo orden monetario.
El banco central de China tiene dos opciones, ambas negativas para las rentabilidades de los bonos soberanos de Occidente. La primera es vender bonos soberanos para financiar la compra de materias primas rusas, lo que afectaría negativamente a los bonos del Tesoro estadounidense. La segunda es que China realice su propio QE para adquirir materias primas rusas, lo que podría dar lugar a un mercado de eurorenminbis y desafiar la hegemonía del eurodólar. Esto sería una realidad de muy largo plazo.
A día de hoy podemos afirmar China está desarrollando ambas opciones. Hemos visto un claro desapalancamiento de bonos y activos denominados en dólares (aunque discrepo con Pozsar y pienso que no es tanto por voluntad como sí por necesidad) y el anuncio de un fuerte QE.
Asimismo, Pozsar predice que el dólar se debilitará y el yuan se fortalecerá, respaldado por una cesta de materias primas. Además, menciona que el Bitcoin podría beneficiarse si logra sobrevivir a esta transición.
De momento, esta última predicción no se está cumpliendo. Seguimos viendo un dólar fuerte y un yuan muy debilitado, en parte por el propio control del gobierno, que según el FMI, lo tiene devaluado artificialmente un 30% para favorecer la exportación.
Otros economistas, como Charles Goodhart, también anticipan un debilitamiento del sistema eurodólar, citando presiones inflacionarias y escasez de mano de obra como factores contribuyentes. Además, las inyecciones masivas del Tesoro (con monetización de la FED) en los últimos años han incrementado el riesgo para el dólar, con un 40% de todos los dólares en circulación creados entre 2020 y 2021.
Se cumplen 50 años desde el fin del patrón oro de Bretton Woods. ¿Estaremos cerca del fin de la hegemonía del sistema eurodolar?