TradingPro Logo
0%
InfoTraders
imagen principal
Jose Basagoiti

Turquía pide a gritos el default

Compartir:

La inflación se dispara en Turquía y pone en jaque al sector financiero ante el posible default de su economía.

En este gráfico podéis observar la tremenda represión financiera que está aplicando el Banco Central del país otomano, un Banco Central muy influenciado por Erdogan, es decir, todo lo contrario, a un organismo independiente, algo siempre muy nocivo para la economía.

Inflación mayor al 70 por ciento y con una política dovish, es decir, de bajada de tipos de interés. Para el consenso de economistas, si la inflación aumenta, ésta se controla elevando las tasas de interés. Pero Erdogan, ve las tasas de interés como "un mal que hace a los ricos más ricos y a los pobres más pobres". Básicamente el presidente mezcla religión y economía de una forma muy desacertada, tan desacertada que una sola persona está poniendo en jaque la solvencia de una nación.

Por esto, en los últimos dos años, Erdogan ha destituido a tres presidentes del Banco Central y hace unos meses reemplazó a su ministro de Finanzas. Ya ven la separación de poderes…

Con esta situación, los CDS -credit default swaps- de Turquía se han disparado ya que la economía está tremendamente endeudada y hay un miedo generalizado a que buena parte de las obligaciones (pendientes de pago) tengan que ser canceladas.

Cuanto más débil es la divisa, más costosa es para las compañías y el Gobierno devolver los préstamos denominados en moneda extranjera. Por lo tanto, la inflación en Turquía no hace más que potenciar la peligrosísima situación financiera del país.

A eso le sumamos los problemas sociales que vive el país. Turquía tiene la cuarta tasa más alta del mundo de jóvenes sin empleo y un clima de polarización muy alto a nivel político. Se está cultivando un clima de colapso en el país que puede llevarse por delante a muchos negocios con fuerte exposición en la economía.

En Espala, BBVA es una de las empresas que más negocio tiene en el país otomano y que puede verse gravemente perjudicada. En 2021, el banco decidió destinar a Turquía buena parte de su exceso de capital, una apuesta muy polémica que muchos accionistas siguen sin entender y que le puede pasar una importante factura.

El presidente de BBVA, Carlos Torres, reflexionó recientemente sobre el tema

 “El potencial de crecimiento de la economía, su pirámide poblacional, los lazos comerciales del país con Europa y su baja bancarización” lo vuelven un mercado atractivo.

La entidad asegura que el margen para crecer en el negocio bancario es muy elevado: el crecimiento potencial del PIB es un 3,5% por año, con una población de 84 millones con una edad media de 32 años. Sin embargo, un default de la economía puede llevar a la rebaja crediticia a nivel basura y afectar de manera muy grave al tejido financiero del país.

Además, las elecciones presidenciales se celebrarán en 2023 y el presidente Erdogan puede impulsar nuevas políticas poco ortodoxas y un crecimiento a toda costa que se apoyará en un tipo de cambio más débil y tolerará una mayor inflación.

En nuestra opinión, el riesgo de default para Turquía es mas alto que nunca y el tsunami que provocará va a hacer muchísimo daño a toda empresa con exposición a su economía. Aviso para navegantes.



 

 

 

¡Regístrate ahora!

Obtén acceso a contenido exclusivo y mantente actualizado con las últimas noticias.

Posts Relacionados