Actualmente, los hogares en Estados Unidos tienen el 48 % de sus activos financieros invertidos en acciones, un nivel comparable al que tenían antes del desplome del mercado durante la crisis de las puntocom en los años 2000, según datos de Goldman Sachs.
Esta situación genera preocupación entre algunos analistas que recuerdan cómo la alta exposición de los hogares al mercado bursátil puede amplificar las pérdidas en tiempos de volatilidad.
Además, algunos expertos señalan que las autoridades, conscientes de esta elevada participación de los ciudadanos en los mercados de valores, probablemente no permitirán una caída significativa en los mercados antes, durante o inmediatamente después de las elecciones.
Esto se debe a que una caída de este tipo podría afectar la confianza y los ingresos de los votantes, quienes actualmente tienen una cantidad récord de sus activos financieros comprometidos en la bolsa.