Señoras y señores, lo que estamos presenciando es una obra maestra de ingeniería financiera gestada en el establishment tecnológico estadounidense.
Un esquema que, más que un plan de infraestructura, parece una dramaturgia bursátil perfectamente orquestada para inyectar adrenalina al mercado de valores.
El Círculo Dorado del "Boom" de la IA
El guion se desarrolla en cuatro actos, donde el dinero, supuestamente destinado a la innovación en IA, describe una trayectoria circular que maximiza las valoraciones de gigantes clave:
Acto I: La Anunciación de Stargate (La chispa inicial). OpenAI, la niña mimada de la IA, anuncia "Stargate", el macro-clúster de cómputo más ambicioso jamás concebido, valorado en miles de millones de dólares. Lo crucial: se asegura que la iniciativa cuenta con el "apoyo del Gobierno de EE. UU." (se rumorea que a través de incentivos o contratos futuros). Aunque las acciones de OpenAI no cotizan, el mero anuncio eleva su valoración privada en un impresionante 30%. La narrativa de la "superioridad tecnológica nacional" queda establecida.
Acto II: Oracle, el Eslabón del Cloud (La reacción en cadena). OpenAI teje una crucial alianza con Oracle, que se compromete a proporcionar infraestructura cloud y posiblemente capital por hasta $300 mil millones. Esta cifra, casi la mitad de la capitalización de mercado de muchas economías, genera una euforia inmediata. Los inversores reaccionan con virulencia: las acciones de Oracle experimentan un alza histórica, anticipando un torrente de ingresos masivos y recurrentes.
Acto III: Nvidia, el Zar de los Chips (El multiplicador de valor). Para cumplir con la magnitud del proyecto Stargate, Oracle se convierte en un cliente insaciable de los procesadores de alto rendimiento. ¿El beneficiario obvio? Nvidia. La demanda proyectada valida la tesis alcista que ya existía: los chips H100 y B200 son el "nuevo petróleo". Las acciones de Nvidia se disparan a niveles estratosféricos, consolidando su posición como la compañía más valiosa del sector.
Acto IV: La Retroalimentación de Capital (El cierre del ciclo). La liquidez y el poder de mercado acumulados por Nvidia le permiten devolver la inversión a la fuente inicial: anuncia una inversión de $100 mil millones en infraestructura de OpenAI. El dinero que salió de la promesa de OpenAI, y se multiplicó en Oracle y Nvidia, regresa a OpenAI, fortaleciendo su base de capital y justificando la valoración original.
El Dilema del Valor Ficticio
La conclusión es desconcertante: el capital comprometido por el Gobierno y los inversores ha completado un ciclo perfecto que ha inflado las valoraciones bursátiles de tres gigantes tecnológicos. Lo más notable es que este aumento de valor se ha materializado antes de que se haya puesto un solo ladrillo o de que se presente un plan de negocio claro y rentable para el cluster de IA.
Sin embargo, el efecto en las métricas económicas ya es real. Los analistas estiman que la inyección de valor a estas compañías —y por extensión, el optimismo en el mercado tecnológico— ya ha contribuido a un incremento nominal del PIB de EE. UU. superior al $1 billón
La pregunta que debe hacerse el inversor prudente es: ¿Estamos ante la mayor innovación estructural de la historia o simplemente frente al esquema de retroalimentación de capital más efectivo jamás diseñado para impulsar las cotizaciones y el PIB sin entregar un producto final tangible?
La respuesta, por ahora, reside en la fe en la tecnología, no en los balances de resultados.