En la próxima cumbre de los BRICS, uno de los temas clave será la creación de un sistema de pagos alternativo que permita a sus miembros realizar transacciones económicas sin depender del dólar o el euro, monedas que Occidente ha utilizado como herramientas de presión política.
Esta nueva estructura tiene como objetivo facilitar transacciones más rápidas y económicas, lo que podría atraer a numerosos países en vías de desarrollo.
Además, ofrecería una capa de protección para los miembros de los BRICS frente a las sanciones impuestas por países externos.
Un aspecto especialmente relevante, según The Economist, es el potencial uso de monedas y activos digitales en este sistema.
De implementarse, implicaría una total descentralización, lo que significaría que ningún país tendría la capacidad de excluir a otro del sistema financiero global. Los bancos centrales de cada país gestionarían directamente las transacciones, eliminando la dependencia de instituciones financieras extranjeras.