Aunque Dinamarca, Suecia, Noruega y Finlandia en conjunto solo representan alrededor del 1% del PIB mundial, han dado origen a marcas de renombre global como Lego, IKEA, Atlas Copco, Nokia, Autoliv, KONE, Spotify y Klarna.
Un artículo de The Economist analizó las claves detrás de este éxito empresarial, destacando cuatro factores principales:
El tamaño de la población como ventaja:
Según Aarup-Andersen, el hecho de tener una población reducida impulsa a estos países a buscar cooperación internacional, lo que fortalece su competitividad global.
Apertura a la tecnología :
Las empresas escandinavas han sido pioneras en la adopción de nuevas tecnologías. Mientras que en la Unión Europea el 45% de las compañías con más de diez empleados paga por servicios en la nube, en los países nórdicos esta cifra asciende al 73%, lo que los sitúa a la cabeza en digitalización.
Políticas gubernamentales favorables :
La fiscalidad empresarial en estos países es similar a la de Estados Unidos. Además, el índice de libertad económica de la Fundación Heritage sitúa a Dinamarca, Noruega y Suecia entre los diez países con mercados más abiertos.
En Dinamarca, los esfuerzos de digitalización han simplificado los trámites burocráticos, permitiendo, por ejemplo, obtener un número de IVA en un solo día, mientras que en Francia este proceso puede llevar meses.
Inversores con visión a largo plazo:
A diferencia de otros países, en los países escandinavos la mayoría de las grandes empresas cuentan con accionistas comprometidos con el crecimiento a largo plazo.
En esta región, 4 de cada 5 grandes compañías tienen una estructura de propiedad estable, en comparación con 3 de cada 5 en Europa y solo 1 de cada 5 en Estados Unidos.
Además, las empresas familiares y las dinastías empresariales han jugado un papel clave en la preservación de estas compañías, evitando adquisiciones extranjeras y permitiéndoles enfocarse en objetivos estratégicos sostenibles a lo largo del tiempo.