Kamala Harris enfrenta una deuda de 20 millones de dólares con varias celebridades y no está claro cómo planea saldarla.
El día antes de las elecciones, el equipo demócrata organizó una serie de conciertos masivos en los estados clave para movilizar votantes. Estrellas de alto calibre, como Christina Aguilera y Beyoncé, actuaron sin cobrar directamente por su participación, pero ahora se sabe que los gastos relacionados con estos eventos superaron ampliamente lo previsto.
El problema radica en que el presupuesto de la campaña, que ascendió a más de mil millones de dólares y rompió récords al superar en 1.5 veces la recaudación de Trump, ya había sido totalmente gastado. Estos conciertos, que buscaban darle un último impulso a la candidatura, dejaron un agujero financiero significativo.
Donald Trump, fiel a su estilo provocador, aprovechó la situación para burlarse. En un comentario que muchos interpretaron como un gesto irónico, ofreció cubrir los gastos de los demócratas "en nombre de la unidad nacional". Su declaración no solo encendió las redes sociales, sino que también subrayó el contraste entre las estrategias de ambos partidos en las elecciones.