Muchos asumen incorrectamente que la producción total de la economía aumenta en un múltiplo del incremento en el gasto por parte del gobierno, los consumidores y las empresas. Por ejemplo, si de un dólar adicional recibido, los individuos gastan $0.90 y ahorran $0.10, entonces si el gasto de los consumidores aumentara en $100 millones, se sostiene que la producción total en la economía aumentará diez veces el incremento en el gasto de los consumidores (es decir, en $1,000 millones). El siguiente ejemplo proporciona el razonamiento detrás de esta forma de pensar.
Debido al aumento en el gasto de los consumidores en $100 millones, los ingresos de los minoristas aumentan en $100 millones. Los minoristas, en respuesta al aumento en sus ingresos, también gastan el 90% de los $100 millones (es decir, aumentan el gasto en bienes en $90 millones). Los receptores de estos $90 millones, a su vez, gastan el 90% de los $90 millones (es decir, $81 millones). Luego, los receptores de los $81 millones gastan el 90% de esta suma ($72.9 millones) y así sucesivamente. La suposición clave aquí es que el gasto de un individuo se convierte en el ingreso de otro individuo.
En cada etapa de la cadena de gasto, los individuos gastan el 90% del ingreso adicional que reciben. Este proceso termina, supuestamente, con la producción total más alta en $1,000 millones (10*$100 millones) de lo que era antes de que los consumidores aumentaran su gasto en $100 millones. Cuanto más se gasta de cada dólar, mayor es el multiplicador; por lo tanto, el impacto del gasto inicial en la producción total es mayor. Por ejemplo, si los individuos cambian sus hábitos y gastan el 95% de cada dólar, el multiplicador se convertirá en 20. Sin embargo, si deciden gastar solo el 80% y ahorrar el 20%, entonces el multiplicador será solo 5. Esto también concluye que un aumento en el ahorro de cada dólar adicional debilita el multiplicador. Así, el ahorro debilita el posible efecto de un aumento en el gasto del consumidor sobre la producción total.
Pero ¿Realmente los aumentos en el ahorro debilitan la producción total, como indica el marco del multiplicador?
Primero, debemos entender que el modelo keynesiano, aunque podemos ver que la "estimulación" ocurre a través de la demanda y el consumo, se basa en la suposición de que el consumo y el gasto son clave para una mayor producción y crecimiento. En esencia, el consumo precede y genera producción. Obviamente, esto habría sido imposible para Robinson Crusoe, quien tuvo que ahorrar e invertir en bienes de capital (por ejemplo, herramientas) para sobrevivir más allá de la mera existencia fisiológica. Por lo tanto, el ahorro necesariamente precede al consumo y la inversión de capital, y es el ahorro previo (capital) lo que permite el crecimiento económico.
Los propietarios de bienes podrían decidir, en lugar de simplemente consumir más, sacrificarse para producir y/o intercambiar algunos de estos bienes ahorrados por herramientas y maquinaria (es decir, bienes de capital) para poder aumentar la producción de bienes de consumo. Al intercambiar una parte de sus ahorros para invertir en capital, están, de hecho, transfiriendo sus ahorros a individuos que se especializan en la fabricación de estas herramientas y maquinaria. El ahorro sostiene y permite a estos individuos mientras invierten en la estructura de producción (por ejemplo, mejorando la infraestructura), que con suerte será más productiva y eficiente. Esto ahorra mayor tiempo, trabajo, energía y recursos en el futuro y reduce los precios reales, aumentando así la riqueza.
Una vez que la estructura de capital está más desarrollada, esto permite un aumento en la producción de bienes tanto de productor como de consumidor. Contrario al error popular, el aumento del ahorro realmente expande la producción de bienes y no la contrae.
Lo que permite la expansión en la oferta de bienes de consumo es el aumento y la mejora en los bienes de capital. Los aumentos en el ahorro, a su vez, permiten el aumento y la mejora de la estructura de producción. Necesariamente, un aumento en el consumo está limitado por el aumento en la producción. De esto, también podemos inferir que un mero aumento en la demanda del consumidor no causa que la producción aumente por el múltiplo del aumento en esta demanda. El aumento en la producción es el resultado de los ahorros que permiten, y no están limitados por, la demanda de los consumidores como tal.
Sin embargo, las ideas de John Maynard Keynes siguen siendo la apología intelectual y el manual de los responsables de la política económica en la Fed y las instituciones gubernamentales. Sin embargo, desde medios independientes debemos dar la batalla de las ideas para desmontar falsos mitos.
El ahorro y el capital son claves para el progreso económico sostenido. El gasto es una consecuencia del mismo, no el fin. En este ÁRTÍCULO analizamos, por ejemplo, el riesgo de aplicar políticas keynesianas como el ingreso mínimo vital. El mainstream económico, en muchas ocasiones, se escusa en teorías académicas para aplicar políticas sociales que saben que pueden ser muy nocivas. Y es nuestra obligación explicar los riesgos.