Billones en deuda. Activos sobrevalorados. Bancos inestables.

Billones en deuda. Activos sobrevalorados. Bancos inestables. Y ahora, el Banco Nacional Suizo —una de las instituciones más prudentes del planeta— finalmente lo admite:

“La economía carece de resiliencia. Es como una estructura de cristal enfrentando un huracán.”

Así de claro.

El banco central más conservador del mundo no se guarda nada.

Sus advertencias incluyen:

**“Un entorno marcado por la incertidumbre…”

“La deuda pública ha alcanzado niveles récord…”

“UBS aún enfrenta riesgos considerables…”

“Y es urgente reforzar la regulación.”**

Traducido al lenguaje directo:

Estamos a un solo evento global de entrar en una crisis financiera a gran escala.

La burbuja de la deuda está lista para estallar.

El mercado inmobiliario sigue inflado artificialmente.

Los bonos corporativos se sostienen con crédito barato e ilusiones.

¿Y la bolsa de EE.UU.? Funciona más como un casino que como un mercado racional.

Aunque Suiza proyecta estabilidad, la realidad es otra: Incluso UBS, el último gran banco nacional aún en pie, está bajo escrutinio por su posible exposición a pérdidas masivas.

El gobierno suizo apenas está conteniendo los daños tras el colapso de Credit Suisse.

Aquí va la verdad sin adornos:

El sistema financiero global no está sano. Está sobreapalancado, distorsionado y sujeto a intereses políticos. La deuda global simplemente no es sostenible.

Y por si fuera poco:

El crecimiento económico real es mínimo o inexistente.

Las guerras comerciales nos están atrapando.

Los balances bancarios están inflados artificialmente.

La regulación siempre llega tarde, cuando el daño ya está hecho.

Cuando hasta los suizos —símbolo de estabilidad— lanzan advertencias, es momento de prestar atención.

Lo que viene podría no solo erosionar la confianza. Podría desmantelar décadas de ficción económica.

Pero bueno... los medios siguen diciendo que “todo está bajo control”, ¿no?