En la imagen de abajo vemos el motivo detrás de la controversia en torno a Trump y sus declaraciones contundentes tras asumir el cargo, explicado con una sola imagen.
En la primera foto se muestra la balanza comercial de EE. UU. Hasta 1980, las importaciones y exportaciones estaban equilibradas. Sin embargo, en la década de 1990, la situación cambió drásticamente: las importaciones comenzaron a superar ampliamente a las exportaciones, lo que representó un problema serio.
Esto provocó que más dinero saliera del país del que ingresaba, algo similar a cuando una persona gasta más con su tarjeta de crédito de lo que gana. ¿Cómo se cubre esa diferencia? Igual que en las finanzas personales, EE. UU. comenzó a endeudarse aún más.
La segunda imagen muestra el crecimiento de la deuda, que sigue una tendencia similar al déficit comercial.
Como sucede con cualquier persona, EE. UU. optó por refinanciar su deuda, obteniendo nuevos préstamos con mejores condiciones, lo que llevó a un ciclo repetitivo. Pero esta estrategia no es sostenible a largo plazo, ya que la deuda crece exponencialmente.
La única forma de solucionar este problema es impulsando la producción y el comercio. Para EE. UU., eso implica fortalecer su industria, aumentar sus exportaciones y alcanzar un equilibrio en su balanza comercial.
El desafío es que los productos estadounidenses suelen ser costosos y, por lo tanto, no son competitivos en el mercado global.
Por esa razón, Trump implementó aranceles, sanciones y otras medidas para apoyar a los fabricantes locales.